jueves, 30 de septiembre de 2010

U2 en San Sebastian

Desde hace ya unos cuantos años tengo apuntado en mi lista de deberes ver a U2 en concierto. Ayer, después de muchos meses desgastando la entrada de mirarla me quite la espinita por todo lo alto.
Pese a llegar a San Sebastian con el cuerpo bastante machacado por los excesos de la noche anterior (es lo que tienen las bodas), el ambiente festivo que se respiraba en los aledaños del estadio invitaba a hipermotivarse. Tras el par de cañas de rigor me lancé con mi hermana y mi cuñado a posicionarnos lo mejor posible dentro de la pista. Gracias a la habilidad de Adri, logramos colocarnos a una distancia más que aceptable del escenario. Lo malo es que faltaba una infernal espera de 2 horas y media de pie. Por suerte para pasar ese rato tocó una banda neoyorquina llamada Interpol, que la verdad es que sonaban muy bien.
Respecto al escenario, solo hay que decir que es absolutamente impresionante (como se puede ver en la foto), con decir que sobresalía bastantes metros por encima de Anoeta esta todo dicho. Tras ver el concierto me ha quedado claro que el show mastodóntico que monta U2 no es equiparable hoy en día al de ningún grupo en el planeta.
Bueno a lo que iba, a las diez en punto aparecieron por fin por una de las pasarelas los cuatro irlandeses, lejos de aquellas apariciones espectaculares de giras como ZooTv o PopMart, paseando como si no hubiera 45000 personas absolutamente entregadas rodeándoles. Sin más dilación “The Edge” se cargó su guitarra y empezó a tocar los primeros acordes de “Beautiful Day”, Bono saltó hacia la parte delantera del escenario y se desató la locura. Tras esta bonita introducción, “I will Follow” , y “I still haven´t found what I’m looking for”...pufff sobran las palabras, y es que es tan grande el número de himnos de U2 que es casi imposible que no se te pongan los pelos de punta durante el concierto. En mi opinión, aparte de las nombradas, en esta primera parte del show brillaron las interpretaciones de dos temazos del Acthung Baby, “Misterious Ways” y “Until the end of the world”, destacando los genuinos guitarreos de un The Edge que estuvo soberbio todo el concierto.
Como suele pasar en estos conciertos, la parte intermedia del show bajo un poco de ritmo, pero los temazos siguieron sonando con canciones que me encantan como “In a little while” (con salida al escenario de una de las fans de primera fila) y “Miss Sarajevo”. Bono se salió en esta última con un chorro de voz impresionante, y sorprendente para los que como yo pensabamos que estaba muy cascado. Realmente el alma del show de U2 es el, no paró de animar al público, correr por el escenario, jugar con las camaras, etc...por algo es posiblemente el mayor showman del mundo del rock.
La parte final fue una concatenación de las canciones más míticas, con algun tema nuevo intercalado, sonaron “With or Without you” y el legendario himno “Where the streets have no name”, precedido de una bonita introducción a cargo de Bono. De las nuevas la que más me gustó con diferencia fue “Moment of Surrender”, simplemente preciosa, y digno colofón al concierto.

En definitiva, y pese al cansancio, he disfrutado muchísimo del concierto y me quedo con un gran sabor de boca sabiendo que he visto en directo a una de las bandas de rock más importantes de todos los tiempos.

Final del concierto de San Sebastián, "Moment of Surrender"...emocionante.

domingo, 12 de septiembre de 2010

The Final Frontier, lo último de Iron Maiden

Hoy echando un vistazo a mi colección de discos he decidido hacer un recuento del material de Maiden que he ido recopilando con el paso de los años. Me he quedado alucinado, un total de 28 discos originales entre albums, conciertos, singles y recopilatorios. Lo cierto es que he tenido una época de auténtico fanático de la Dama de Hierro, ahora con el paso del tiempo ese fanatismo se ha rebajado un poco aunque siguen siendo, indiscutiblemente, uno de mis grupos favoritos.
Pues bien por fin ya esta aquí el decimoquinto disco de estudio de los Maiden, “The Final Frontier”. La espera se me ha hecho eterna, hace ya casi 4 años de su último disco, “A matter of death and life” que por cierto me dejo con un sabor de boca muy bueno. Lo cierto es que nos tienen mal acostumbrados, sacando una media de un disco cada 2 años como mucho. De hecho este ha sido el periodo más largo en su historia sin material nuevo. Pero bueno, como dice el refrán nunca es tarde si la dicha es buena...y vaya si es buena.


El otro día leí una crítica del disco que me pareció tremendamente acertada. En ella se deja claro que, aunque con cada nuevo disco de Maiden se intenta vender desde algunos medios que vamos a volver a escuchar los clásicos hits de los 80..., es absolutamente falso. Y es falso por una sencilla razón, los años han pasado y Iron Maiden ha evolucionado...y mucho. Esto no tiene porque ser algo negativo, de hecho no lo es. La adaptación de Maiden es fantástica, lejos de encorsetarse en su estilo, han ido incorporando más aspectos a su música y en este disco tenemos un ejemplo perfecto. Es un disco especial, nos muestra a unos Maiden más cercanos al rock progresivo que a su clásicol heavy metal (propio de la New Wave of British Heavy Metal). Aún así siguen manteniendo intactas sus señas de identidad, lo que hace su música perfectamente reconocible. Pese a que no soy muy favorable a las canciones muy largas, hay que admitir que los casi 76 minutos del disco son un gustazo.

El disco comienza de forma inquietante con una Intro que nos va introduciendo en una atmósfera futurista, continuada por el primer single del disco que de paso da nombre al mismo, “The Last Frontier”. Un clásico single de Maiden, con un Dickinson forzando al límite en cada nota. Buena canción para empezar.
“El Dorado” arranca con una estruendosa y peculiar batería que da paso a la ya mítica carga de bajo de Harris a la que se unen unos buenos guitarreos y el vozarrón de Dickinson. Con este buen tema el disco va ganando en intensidad para asaltar al ritmo de una carga de bayoneta su tercera canción “Mother of Mercy”. Una de las canciones “cortas” del disco con 5 minutos pero que a mi no me acaba de enganchar, excesivamente repetitiva. La que si me engancha es la siguiente canción “Coming home”. Es un tema muy de Dickinson, el estribillo me recuerda muchísimo a una de sus canciones más famosas en solitario, “Tears of the Dragon”. Posiblemente es la canción más pegadiza y que más rápido entra por los oidos.
Con “The Alchemist” los Maiden cumplen con su típico trallazo, rápido y directo, aunque Dickinson está muy flojo en la voz, forzando demasiado para alcanzar ciertas notas. Tras la épica “Isle of Avalon”, llega el mejor tema del disco en mi opinión, “StarBlind”. Firmado por el trío con más talento compositor de la banda Smith/Harris/Dickinson, tiene una melodía y un estribillo pegadizo, está repleta de cambios de ritmo al más puro estilo Maiden, y las voces de Dickinson se encuentran en su salsa cambiando de registro a su antojo...tremendo temazo.
Tras la subida de adrenalina llegá “The Talisman”, una canción con un ritmo más pausado muy del estilo de “Dance of Death”.
Para cerrar el disco, estos maestros se guardan dos joyitas, “The man who would be king” y “When the wild wind blows”. La primera me encanta, es sin duda una de las mejores del disco. Lo que más me llama la atención es la parte intermedia con una melodía muy atípica de Maiden solapada por un gran solo de guitarra . El colofón lo pone Dickinson con unas voces en segundo plano maravillosas, tremendo final.
El clásico cierre épico de Steve Harris no podía faltar en este disco tampoco. En esta ocasión el último tema esta básada en la novela de Raymond Briggs “When the wind blows”, centrado en un hipotético ataque nuclear. La canción arranca (como suele ser habitual), con una larga introducción pausada, va ganando intensidad y matices, para volver a su calma inicial con un Dickinson que prácticamente acaba susurrando el estribillo. No es el tema que más me gusta del album, pero es un buen final.

Pese a que el disco en mi opinión es excelente, también hay algunos puntos oscuros. El más llamativo (sobre todo para mi que soy un fan incondicional de Dickinson) es que las voces de Bruce están excesivamente forzadas en muchos tramos del disco. Supongo que los años no pasan en balde, y sus 52 años pesan.
En cualquier caso es un disco que con las escuchas gana muchísimo, yo ya no paso una jornada laboral sin escucharlo al menos una vez!
Sin duda unos de los mejores trabajos de Maiden de la última década, si no el mejor. UP THE IRONS!

Ahí va uno de sus clásicos, "Wrathchild" en el Rock in Rio de 2001 ante 200000 personas.