Ya esta, por fin han conseguido colarnos la maldita Ley Sinde camuflada dentro de una ley de Economía Sostenible que a nadie convence. Una ley anticonstitucional, diseñada por y para la industria, que los partidos políticos se han encargado de ejecutar a pesar de actuar en contra de una amplia mayoría de su electorado. Ellos verán...
Realmente llevo mucho tiempo queriendo escribir algo sobre la tan manida Ley Sinde, pero me daba una pereza tremenda. Finalmente tras varias discusiones con amigos y conocidos he decidido ordenar un poco mis ideas al respecto y trataré de exponerlas lo mejor que pueda.
Sinceramente no se ni por donde empezar, así que lo haré hablando de nuestra querida ministra de cultura. Una ministra incompetente, puesta a dedo por la industria, y capaz de escribir un articulo tan espeluznante como el que publico El País, bajo el titulo “El adversario es otro”. (entrevista completa)
Pasando por alto el cacao mental que se hace la ministra con Cervantes, la invención de la imprenta y demás desvaríos, lo que realmente me ha llamado la atención es el concepto que tiene Gonzalez-Sinde de esos sujetos llamados “internautas”. Para la señora ministra de cultura, "Los ciudadanos del siglo XXI tenemos la percepción no solo de que Internet es nuestro, sino de que nuestras opiniones cuentan más allí que en el espacio físico donde desarrollamos nuestras insatisfechas vidas." O sea que la ministra da por hecho que como en nuestra vida somos unos parias necesitamos el anonimato de internet para ver satisfechas nuestras necesidades. Leyendo más entrevistas y artículos de esta señora y en general de la clase política de este país, es alucinante el desconocimiento absoluto que tienen de la Red y de los internautas. En estos círculos se ha producido una demonización del internauta, llegando al extremo de compararnos con terroristas.
De esta imagen tiene mucha culpa la prensa, que además esta haciendo una verdadera tarea de desinformación con respecto a la propia ley. Y es que se esta haciendo bueno el dicho de que una mentira repetida muchas veces se convierte en verdad. Y no debería ser así.
Lo más grave de todo es que la prensa no se ha hecho eco de lo más importante, y es el caracter anti-constitucional de la ley. La ley Sinde permitirá el cierre de páginas dependiendo únicamente de un cómite a sueldo de las viejas multinacionales de la industria. Para maquillar esta “Santa Inquisición” de la web, nos han vendido que uno o dos jueces velarán por que se respeten los derechos fundamentales de los españoles. Lo que mucha gente no sabe es que estos jueces no tienen apenas competencias, no van a poder decidir si existe una infracción de propiedad intelectual ni la correspondiente acción a tomar (cierre de una página), lo único que van a hacer es responder a una pregunta sobre si este cierre afecta al derecho de libertad de expresión de los implicados (escucha debate entre expertos). En resumen, cualquier pagina puede ser cerrada con una denuncia a una comisión totalmente parcial y manejable. Un autentico escándalo.
Otro de los baluartes de la desinformación que se repiten hasta la saciedad es el famoso “Todo Gratis”. Pues no señores, las cosas no son así de simples. Los internautas, que no representan ni más ni menos que al hombre corriente de este país, no buscan todo gratis, buscan ofertas razonables y productos y servicios de calidad a cambio. Las cosas han cambiado, aquellos que ofrecían mala calidad y precios abusivos han quedado al descubierto, nadie pica ya.
Un ejemplo claro de que los internautas si responden si las ofertas son razonables y los productos competentes son productos como el Itunes o Spotify.
Tal y como apunta el escritor Juan Gomez-Jurado en un magnifico articulo (articulo completo), las viejas industrias deberían de dejar de cazar fantasmas y “...tomar nota de lo bien que les va a Apple o a Spotify con la música, a Amazon con los libros electrónicos, de los que ya vende más que en papel, o del éxito de Netflix, que por menos de diez euros al mes permite a sus abonados acceder en línea a montones de series y películas, aunque hay serias dudas acerca de su posible llegada a España por los exagerados precios que tendría que pagar por los derechos de autor en nuestro país, dos o tres veces mayores que en Alemania o Francia.
¿No va siendo hora de que dejen empeños imposibles y de que por fin ofrezcan contenidos que comprar a través de Internet? Porque en la inmensa mayoría de los casos ni queriendo podemos.”
Mis conclusiones: ¿Tiene que existir una ley que regule la red tal y como hoy la conocemos? Si. ¿Es la ley Sinde una solución aceptable? No. ¿Que hace falta para conseguir una ley eficaz? Encontrar el consenso entre los agentes implicados, consumidores de servicios en la red, artistas e industria, pero nunca bajo el mandato y la influencia de las viejas y grandes multinacionales.¿Hay que controlar la piratería? Indudablemente Si. ¿Los modelos de negocio tienen que cambiar? Rotundamente Si.
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